ALBUMES

header ads

Pasaporte al Uruguay: Ljubomir Petrovic



Ljubomir Petrović DT Yugoslavo que fue traĂ­do por el Presidente Washington Cataldi a Peñarol en 1992, para salvar un equipo que venĂ­a fracasando  año tras año luego del tĂ­tulo ganado como CampeĂłn de la Libertadores 1987,  Peñarol no habĂ­a ganado mas que una Liguilla en 1988 y clasificado a la Libertadores 1989 en donde luego de una mediocre participaciĂłn, no habĂ­a siquiera vuelto a clasificar, pese a haber traĂ­do numerosos jugadores de nivel y tĂ©cnicos de renombre como Roberto Fleitas (3 años antes Campeon de America con la selecciĂłn y 2 años antes Campeon Intercontinental con Nacional ) y CĂ©sar Menotti (CampeĂłn del Mundo con Argentina en 1978), que se fueron sin pena ni gloria por Peñarol.

AsĂ­ llegĂł Ljubomir Petrović a Peñarol el 29-02-1992, con el palmarĂ©s de ser reciente CampeĂłn de la Champions League 1990/1991 con Estrella Roja de Belgrado. Es como que hoy viniese Klopp o Hansi Flick a dirigir al fĂștbol uruguayo.

Cabe destacar que de su paso por el Estrella Roja, fue a dirigir al Espanyol de Barcelona, por lo que, aĂșn cuando por estar solo 6 meses en España, podĂ­a expresarse en español, aunque de un modo muy bĂĄsico. 
 
El comienzo fue auspicioso en materia de resultados. Peñarol obtuvo 3 triunfos amistosos contra equipos argentinos: le ganĂł 1-0 a River Argentino en una Copa de Verano,  a Estudiantes (2-1) e Independiente (1-0) y 3 tambiĂ©n obtuvo 3 triunfos contra equipos del interior. (Ver detalle mĂĄs abajo) 

El Campeonato Uruguayo lo empezĂł con 3 triunfos consecutivos (en cada partido esta el link del compacto del mismo), con grandes concurrencias cuando jugĂł en el Centenario. Sumando amistosos y oficiales, Peñarol llevaba 9 triunfos en 9 partidos.  




Peñarol 2 - Progreso 1 en el Paladino, la tarde donde dijo el recordado "Catastrofa" al ver el estado del vestuario donde debĂ­a preparar el partido. 
El dĂ­a del debut oficial, se empezĂł a ir del fĂștbol uruguayo.

El terreno desolado en el que se encuentra, con aspecto de haber sido arrasado por los bombardeos que llueven sobre Belgrado, es la cancha embarrada del Paladino, donde su equipo, Peñarol, debe jugar con el local Progreso. Los refugiados que le causaron consternaciĂłn no son otra cosa que los cansados suplentes de ambos equipos, intentando guarecerse de la lluvia bajo unas tablas maltrechas con la leyenda "Panchos y refrescos". EstĂĄ en Uruguay, corre el año 1992 y acaban de trasladarlo a un lugar aparentemente barrido por seis bombarderos B52 y tres estampidas de ganado. AllĂ­, las autoridades del fĂștbol uruguayo –un deporte que a Ljubomir le recuerda vagamente el que solĂ­a jugar en Europa- dispusieron la realizaciĂłn de un match por el torneo local. Petrovic mira consternado y exclama con su español maltrecho la mejor palabra de toda su estadĂ­a en nuestro paĂ­s, y por la que serĂĄ recordado incluso  años despuĂ©s: "¡CatĂĄstrofa!".

En los siguientes partidos, los resultados no fueron buenos. Los DT rivales fueron estudiando y agarrĂĄndole la mano a lo que proponĂ­a Petrovic y su equipo se fue quedando sin respuestas, incrementando el fastidio del yugoslavo en cada partido con gesticulaciones, protestas a los jueces y hasta  llegando a hacer volar un paraguas en un partido, hasta que se fuĂ©.


En definitiva, dirigiĂł a Peñarol en 9 partidos oficiales, de los cuales ganĂł 4, empatĂł 2 y perdiĂł 3, hizo 10 puntos (eran 2 por triunfo) y se encontraba a 6 pts de Nacional que iba primero (serĂ­an 9 puntos de ahora de diferencia) . Su expulsiĂłn en el clĂĄsico recordado de "la cadenita" de Dely Valdes,  fue lo Ășltimo que hizo como DT. DespuĂ©s del clĂĄsico, Petrovic se les tomĂł sin avisar.


Mañana prístina en Los Aromos. Todos los jugadores se presentan a entrenar pero notan que falta algo, que por alguna razón el entrenamiento no comienza normalmente. El kinesiólogo estå, el alcanza-pelotas también, el aguatero estå en la vuelta. Alguien se ilumina de pronto: falta Ljubomir Petrovic, ausente del entrenamiento sin previo aviso.

Cuando los dirigentes de Peñarol intentan contactarlo, descubren que "CatĂĄstrofa" estĂĄ a diez mil metros de altura, rumbo a su Yugoslavia en vĂ­as de desintegraciĂłn. SegĂșn los argumentos que dio para justificar su fuga apresurada, Petrovic extrañaba a su familia, no se adaptaba al ambiente y querĂ­a estar junto a los suyos en momentos tan difĂ­ciles como la guerra de los Balcanes. DĂ­as despuĂ©s, arrepentido del papelĂłn internacional, llama por telĂ©fono al presidente de Peñarol y se ofrece a regresar si la instituciĂłn asĂ­ lo desea. Cataldi, le agradeciĂł pero considero que lo mejor era que no volviese-



Peñarol siguiĂł con Don Roque Maspoli como DT y luego con Juan Faccio, cerrando un año nefasto en cuanto a resultados, siendo Nacional CampeĂłn Uruguayo y de la Liguilla, clasificando los aurinegros a la Conmebol. 

Diego Dorta en reportaje reciente en Tenfield recuerda de buenas forma es ese periodo: Tengo el mejor recuerdo. TenĂ­a una metodologĂ­a de trabajo diferente. TenĂ­a a su lado al Profe Alejandro Valenzuela. Fue una lĂĄstima la corta experiencia con Ă©l. DespuĂ©s lo encontramos en Grecia y nos explicĂł que se fue en forma abrupta por la guerra y sus familiares que estaban falleciendo. Era complicadĂ­simo y debiĂł marcharse. Me sorprendiĂł cĂłmo trabajaba."

De su paso por Peñarol, siguiĂł por Grecia y un montĂłn de paĂ­ses, que pueden ver aquĂ­. Ahora (2022) estĂĄ dirigiendo en Vietnam.


Fuentes Consultadas: Montevideo, Alejandro ValenzuelaJuahaTamminen, Historias Coperas, WikipediaTenfield, Cerro y Rebeldia, Croata845, Mundo Deportivo, "Libro El mas grande, 120 años de Gloria" Marcos Silvera Antunez